Argentina despierta interés con nuevos hallazgos de uranio en la Patagonia

Blue Sky Uraniumconfirmó un hallazgo en su proyecto Corcovo, en Malargüe.| Imagen referencial / Crédito: © Vladimir Tretyakov – Dreamstime

Argentina vuelve a colocarse en el centro de atención internacional tras la confirmación de una nueva reserva de uranio, recurso considerado clave para la producción de energía nuclear. La denominada “energía amarilla” emerge como un recurso estratégico en el marco de la transición energética y la búsqueda global de alternativas al gas y al petróleo.

Uno de los avances más recientes se registró en la provincia de Mendoza, donde la compañía canadiense Blue Sky Uranium Corp. confirmó un hallazgo en su proyecto Corcovo, en el Distrito Minero Occidental de Malargüe. La firma destacó que la zona había sido señalada históricamente por la Comisión Nacional de Energía Atómica como un área de alto potencial uranífero.

La adquisición del proyecto Corcovo fue definida como un movimiento estratégico, ya que la compañía busca consolidar una cartera de recursos a mediano y largo plazo. A este hallazgo se suma el proyecto Chihuidos, en Neuquén, que abarca 60 000 hectáreas, lo que eleva a más de 80 000 las hectáreas bajo exploración activa en la cuenca neuquina.

Si bien los estudios iniciales en la región noroeste son preliminares, la empresa confirmó que dispone de información adicional de subsuelo, incluyendo datos sísmicos y alrededor de 200 perforaciones históricas. Estas evidencias respaldan la interpretación de un alto potencial de explotación en la zona.

En línea con la política energética del Gobierno argentino, las autoridades apuntan a reactivar minas y reforzar la autonomía mediante la producción de uranio. El objetivo es reducir la dependencia de insumos externos y consolidar una matriz más equilibrada.

Al anuncio de Blue Sky se sumó la minera Apeleg S.A., que aseguró haber encontrado uranio y cobre en el Distrito Minero Occidental de Malargüe. Estos hallazgos, de confirmarse a escala industrial, podrían transformar a la región en un nuevo polo de desarrollo energético.

El uranio, en su estado natural, es un metal de color gris plateado. Sin embargo, una vez procesado, el concentrado adquiere la forma de un polvo denso de tonalidad amarilla conocido como “yellowcake”. De allí proviene la denominación de energía amarilla, que alude a su rol fundamental en la generación de energía nuclear.

Argentina ya cuenta con antecedentes en la explotación de este recurso, aunque con resultados variables. La reactivación de proyectos bajo un marco regulatorio moderno busca evitar los problemas del pasado y asegurar un aprovechamiento sustentable de las reservas.

El interés internacional por el uranio argentino refleja la magnitud de un recurso cada vez más demandado. Con reservas confirmadas y nuevas inversiones en exploración, el país se perfila como un centro minero estratégico en la transición energética mundial.

Fuente: Infoenergia.info

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