Dante Aguilar, gerente de Inversión Privada en Activos Mineros – Amsac, estimó que Perú requiere una inversión aproximada de S/ 3000 millones (más de USD 800 millones) para remediar todos sus pasivos ambientales mineros, que ascienden a un total de 6128, según el Inventario del Ministerio de Energía y Minas (Minem) del 2023.
“Haciendo una operación aritmética simple, con las variaciones que corresponda, más o menos requerimos 3000 millones de soles todavía para sanear todo el país de pasivos ambientales”, indicó en el Encuentro Minero titulado “Retos y Oportunidades en torno a pasivos ambientales”, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Este cálculo surge a partir de la inversión registrada desde el inicio del trabajo de Activos Mineros, empresa estatal de remediación ambiental, en el 2007, hasta el 2023, periodo en que se ha invertido cerca de S/ 1000 millones (cerca de USD 268 millones).
“A diferencia de nuestros vecinos, el Perú ha invertido ya casi S/ 1000 millones en toda la existencia de Activos Mineros y la remediación que viene desarrollando (…) Se ha invertido en remediación más de S/ 939 millones del 2007 al 2023, correspondiente a proyectos de Fideicomiso Ambiental y Pasivos de Alto Riesgo”, señaló Aguilar.
“Tiene que haber una inversión de S/ 3000 millones o más todavía en este sector de remediación en los próximos años”, agregó.
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¿De dónde surgen estos pasivos ambientales?
Por otro lado, Aguilar también se refirió a la procedencia de estos pasivos ambientales e indicó que son rezagos de toda la actividad minera ancestral en Perú y también, por supuesto, son rezagos de la minería ilegal.
“Esta actividad (minera) se desarrollaba sin ningún tipo de cuidado durante muchas décadas, prácticamente se ha llevado de esta manera hasta la década de 1990, en que empezaron algunos esbozos sobre normas de conservación ambiental y todo un proceso de privatización, porque antes de 1990 la actividad minera era llevada por el Estado”, explicó.
Afirmó también que, actualmente, esta industria opera con altos estándares de sostenibilidad socioambiental y es una actividad necesaria, no solo por el aporte económico que genera al país, sino que contribuye con minerales críticos para la transición energética, que apunta a mitigar el calentamiento global.
“Lo cierto es que más allá del PBI e indicadores económicos, el Perú es uno de los grandes proveedores de materia prima que el mundo requiere para la transición energética, como es el cobre”, recalcó.
Fuente: IIMP