Tras una inversión inicial de US$12 millones y un total estimada para el desarrollo del sector de US$150 millones durante este año, la empresa estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) puso en marcha las operaciones de la planta piloto de carbonato de litio, ubicada en el Salar de Uyuni, en el departamento de Potosí, donde se ubica la mayor reserva de litio del mundo, y la producción comenzará en los próximos meses.
De acuerdo con Héctor Córdova, viceministro de Desarrollo Productivo de Bolivia, “en los próximos meses se tendrán las primeras toneladas, tanto de carbonato de litio como de cloruro de potasio, listas para ser transformadas o exportadas”. Como parte de la producción semi-industrial, la planta está llevando a cabo el proceso de bombeo de salmuera a las piscinas construidas para efectuar el proceso de evaporación y sedimentación, explicó el funcionario.
A partir de la producción de carbonato de litio, cloruro de potasio, sulfato de magnesio, ácido bórico y otras sales, Bolivia estará en la capacidad de producir una diversidad de productos en diferentes ramas como la agricultura con fertilizantes, también en medicina y tecnología con baterías eléctricas de mejor rendimiento para vehículos, computadoras, celulares e incluso aviones, señaló Alberto Echazú, gerente de la Dirección Nacional de Recursos Evaporíticos (DNRE).
Comibol construyó la planta en el delta del río Grande para estudiar las salmueras del salar y determinar el mejor proceso para la producción de carbonato de litio. El gobierno boliviano, por su parte, ha venido desarrollando en solitario la industria del carbonato de litio para luego buscar socios para su industrialización.
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