La desalinización del agua sería una de las soluciones que ayudarían a Chile y Perú a combatir la escasez del recurso, que es agravada por el déficit de energía y por sus altos costos. De no tomarse las medidas necesarias, estos obstáculos serán catastróficos para el desarrollo del sector en el mediano plazo.
La disponibilidad de agua es uno de los desafíos más significativos para un mayor avance en la industria minera en los dos países andinos, particularmente en las áridas regiones del norte de Chile y en la región costera del Perú. En estas zonas, en las que se sitúa una parte importante de las actividades mineras, numerosos proyectos han sido pospuestos debido a la oposición de las comunidades cercanas que se preocupan por el uso del recurso acuífero.
En ambos países la desalinización ha sido proclamada como una de las soluciones para combatir la escasez de agua. No obstante, el director del Newcastle Institute for Research on Sustainability, Paul Younger, advirtió sobre el efecto que tendría la desalinización del agua sobre la huella de carbono de las compañías mineras.
El director de la consultora Hatch Water, Raymond Philippe, manifestó por su parte que el suministro del agua es sólo parte de la huella del proyecto en general. “Hay que reconocer que toda operación minera consume energía y que, por tanto, tiene una repercusión sobre la huella de carbono” sostuvo. Los proyectos nuevos requieren instalaciones para generación de energía adicionales, por lo que habrá oportunidades para utilizar el exceso de calor de las instalaciones termoeléctricas para desalinización del agua, añadió.
Para Ximena Abogabir, presidente de la ONG ambiental chilena Casa de la Paz, las asociaciones público privadas, en materia de desalinización de agua, pueden ayudar de forma adicional a reducir la huella de carbono debido a las sinergias que se crearían. “A mí me parece que el desarrollo de soluciones para un tema tan importante como el abastecimiento de agua, ya sea para el uso humano, para la agricultura o para la minería, no puede ser dejado al mercado. No es una buena idea que cada compañía minera construya su propia planta, es necesario armar un plan coherente para este problema", concluyó Abogabir.
Comparada con el transporte de agua, la desalinización para actividades industriales tiene un impacto relativamente bajo en el consumo de energía, según estudios adelantados por compañías y autoridades en los últimos años.
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