El brazo brasileño de Aguia Resources Limited de Australia espera completar la construcción de la primera mina de fosfato en el sur de Brasil a fines de 2023, dijo el miércoles a Reuters el presidente ejecutivo de Aguia Fertilizantes, Fernando Tallarico.
La empresa espera obtener la licencia de instalación requerida para comenzar a trabajar alrededor de octubre, indicó. La construcción demorará alrededor de un año y se necesita una licencia de operación para comenzar la producción, agregó.
“Esta área es conocida desde hace más de 200 años por la producción de cobre y oro”, dijo Tallarico sobre la ciudad de Lavras do Sul, cerca de la frontera con Uruguay. “Fuimos los primeros en verificar la posibilidad de producir fosfato en la región”.
Se está generando impulso para este y otros proyectos de minería de fertilizantes similares en Brasil después de que el gobierno federal anunciara un plan para reducir la dependencia del país de las importaciones.
Lee también ► La mina más profunda de Brasil está en Sabará
Desafíos
En 2021 una orden judicial suspendió la licencia preliminar de Aguia para la mina de fosfato. Está pendiente una decisión final. Si bien la empresa dijo que el fallo no afecta su solicitud de licencia de instalación, representa un riesgo.
El gobierno de Brasil se propone reducir las importaciones totales de fertilizantes al 45% del consumo nacional total desde el 85% actual para 2050.
Eso atrae a empresas como Aguia y reaviva el interés en proyectos antiguos, incluso en la Amazonía, donde los permisos pueden ser más difíciles de obtener.
El objetivo de Aguia es explorar el yacimiento Lavras do Sul, donde yacen aproximadamente 105 millones de toneladas de fosfato, durante los primeros 18 años. También está desarrollando un proyecto de cobre cercano.
La mina de fosfato producirá 300.000 toneladas anuales en su madurez. De manera conservadora, Aguia espera que el proyecto comience a pagar a los inversionistas en 2,6 años, dijo Tallarico.
El consumo de fosfato de Brasil es de 7-8 millones de toneladas por año, pero el país importa el 72% de la demanda de países como Marruecos y Jordania.