La minera brasileña Vale, mayor productora de mineral de hierro en el mundo y BHP Billiton, la minera anglo-australiana más grande a nivel global, decidieron entrar a competir en el mercado de los fertilizantes. Vale ha destinado US$12.000 millones para crear su nueva empresa de fertilizantes mediante adquisiciones y nuevos proyectos, y BHP Billiton intentó comprar por US$38.500 millones a la canadiense Potash Corp. La oferta hostil fue rechazada por la canadiense.
El interés de las grandes mineras en el sector de los fertilizantes se debe al hidróxido de potasio, séptimo elemento más abundante en la corteza de la tierra.
También conocido como potasa cáustica, es fundamental para la fabricación de fertilizantes de potasio en sus formulaciones principales de cloruro de potasio, sulfato de potasio y nitrato de potasio. El 93% de la producción de potasa a nivel mundial se dedica a la fabricación de los fertilizantes porque mejora la retención de agua, el valor nutricional, el sabor, el color, la textura y la resistencia a enfermedades en las cosechas.
La potasa es el componente más costoso de los fertilizantes, superando al fósforo y al nitrógeno y su demanda se ha disparado desde el año 2000, debido a un incremento anual de 75 millones de habitantes en el planeta, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. De los 150 países que la consumen solamente 12 la producen, encabezados por Canadá (40%), Rusia y Bielorrusia.
Según analistas la industria de la potasa va a ser consolidada por la industria minera. Para otros es una movida natural de las empresas mineras buscando monetizar sus habilidades de producción y entrar con proyecciones de crecimiento a largo plazo en el sector de los alimentos, sobre todo en mercados emergentes.
Se espera que para 2020 el precio de la tonelada de hidróxido de potasio, que en julio de 2008 se elevó a US$752 (precio de Vancouver), alcance los US$1.500.
MPA