La empresa rusa Ruscaolin construyó al sureste del estado venezolano de Bolívar una planta para el procesamiento de caolinita, que se encuentra próxima a entrar en operaciones. Tras una inversión de US$500 millones, la planta producirá hasta 500.000 toneladas anuales de caolinita calcinada, sustituyendo así con producción nacional las importaciones del mineral que ascienden a cerca de 30.000 toneladas anuales.
El presidente del Instituto Autónomo de Minas Bolívar (IAMIB), John Madero, aseguró que “la planta ya está realizando las pruebas piloto y estará operando al 100% en poco tiempo”. El yacimiento a ser explotado es de 100 millones de toneladas, por lo que con el ritmo anual de producción previsto la concesión debería extenderse durante un plazo de 20 años, aunque, según manifestaciones del gobierno venezolano, las reservas en realidad alcanzarían para 100 años.
El proyecto, ubicado en el municipio de Sifontes, incluye la exploración, la explotación, el refinado y la calcinación de la caolinita, de la que la mayor parte irá a satisfacer las necesidades del mercado local y de los países del Mercosur y el ALBA. Con él se crearían 1.600 empleos directos y más de 5.500 indirectos.
La caolinita es usada para fabricar cerámicas, medicinas, papeles recubiertos, pinturas, aislantes, caucho, abonos, pesticidas, como aditivo en algunos alimentos y pastas dentales, como material difusor de la luz en algunas clases de bombillos incandescentes, en cosméticos y es, además, el principal componente de la porcelana. Sus principales productores a nivel mundial son Estados Unidos, China, Brasil, Reino Unido y Corea, que representan el 66% de la producción mundial.
MPA - Business News Americas
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