El Senado de México aprobó las reformas tributarias propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto, entre las que se encuentra un impuesto de 7,5% a la minería. Las medidas contemplan cambios al impuesto a la renta y de valor agregado. Otros 78 artículos quedaron pendientes para un futuro debate respecto de posibles enmiendas.
Además del gravamen, menos ciertos descuentos, las reformas incluyen un 0,5% adicional a los ingresos brutos de las minas de oro, plata y platino.
Sus opositores indican que los cobros derivarán en una reducción significativa de las inversiones en el sector y los grandes productores Grupo México y la canadiense Goldcorp advirtieron que podrían desviar miles de millones de dólares hacia otros países.
México es una de las pocas jurisdicciones mineras que aún no cobra una regalía sobre las utilidades ni la producción, ya que las empresas efectúan pagos en función del número de hectáreas que cubren sus concesiones e impuestos corporativos de carácter general.
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