El presidente de Bolivia, Evo Morales, decidió anular una concesión minera de la compañía canadiense South American Silver (SAS), en la segunda nacionalización que hace en un mes bajo la presión y la demanda de movimientos sociales. Grupos indígenas que demandaban la salida de SAS del incipiente pero prometedor proyecto minero Mallku Khota -de plata, indio y galio- llevaron al presidente a tomar la decisión luego de protestas que dejaron un muerto y una decena de heridos.
Tres semanas antes, Morales decretó la reversión a dominio estatal de la mina de estaño y zinc Colquiri, que explotaba el grupo suizo Glencore. A diferencia de Colquiri, una mina explotada ya por varias décadas, Mallku Khota es por ahora sólo un prospecto en el que SAS reportó haber descubierto un gigantesco yacimiento de clase mundial que preveía explotar eventualmente después del 2015, con una inversión estimada de US$50 millones.
La nacionalización de las minas Colquiri y Mallku Khota contradice anuncios oficiales previos de que el gobierno negociaba cambios de contratos con todas las firmas extranjeras que operan en la minería del país, buscando imponer una mayoría estatal en toda la industria.
MPA
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