“Sin los minerales chilenos, como el cobre y el litio, el mundo no podrá combatir el cambio climático”, aseguró el biministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, durante la presentación del anteproyecto de la Política Nacional Minera 2050, a los miembros de la Comisión de Minería y Energía de la Cámara.
El secretario de Estado explicó que el documento busca sentar las bases para avanzar hacia una minería más sustentable, que aporte en la reducción de emisiones locales, que se relacione de manera más armónica con su entorno y con el medio ambiente, y que sea lo suficientemente competitiva para suministrar los minerales que se necesitarán para modificar la matriz energética del mundo, reemplazando los combustibles fósiles por energías limpias.
La actividad es parte de la agenda de difusión de este documento que el biministro inició hace dos semanas en Calama, donde se reunió con representantes de la industria, trabajadores, académicos y miembros de la sociedad civil que, en los últimos dos años, participaron en la elaboración de la primera política pública para el sector minero en la historia.
“La Política Nacional Minera es el resultado de un proceso muy amplio, que levantó la visión de muchos actores que tienen relación directa e indirecta con el sector minero, respecto de la minería que queremos tener a futuro. Esta no es la política de este Gobierno ni de este ministerio, es la política del sector, con todos los actores que involucra. Es una interpelación a la industria y al Estado para avanzar hacia una minería más sustentable, que se haga cargo de aportar en la lucha contra el cambio climático. Pero también de cómo lo hacemos para ser competitivos e ir en línea con este propósito”, indicó el secretario de Estado.
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El anteproyecto de la Política Nacional Minera es fruto de un proceso en el que participaron más de 3.500 personas, en el que se establecen 78 metas que deberán cumplir la industria minera y el Estado en el corto, mediano y largo plazo. Esas metas se basan en cuatro pilares estratégicos: económico, social, ambiental e institucional.
Entre estos objetivos destacan, por ejemplo, mantener el 28% de la producción mundial de cobre al año 2050; contar con sistemas de trazabilidad y reportabilidad para el 100% de la producción en temas ambientales, sociales y de gobernanza; que la industria logre la carbono neutralidad a 2040 (diez años antes que el resto del país); impulsar la economía circular a través de minería secundaria y procesos de construcción; alcanzar la paridad de género en cargos directivos y un 35% en la industria en general al 2050; incorporar la construcción del capítulo indígena a través de un proceso de participación conforme al Convenio 169 de la OIT; contar con una política de fomento segmentada y efectiva para la minería artesanal, pequeña y mediana, y disminuir a la mitad los tiempos de tramitación de permisos ambientales y sectoriales al 2050, entre otras.