La presidenta de la minera Cerrejón, Claudia Bejarano, se pronunció a través de una carta abierta sobre los constantes bloqueos en la vía férrea.
En el comunicado, se resalta la pregunta: ‘¿Hasta cuándo? ’, en relación a que en la última semana la operación de la empresa se ha visto afectada por el cierre de la vía férrea por parte de la comunidad de la Alta Guajira. “Un hecho que se ha venido repitiendo de manera constante en los últimos meses, casi en forma diaria estamos sufriendo por potenciales bloqueos a la línea férrea”.
“Varios líderes comunitarios, molestos por los nuevos procesos implementados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para la selección de los operadores de los múltiples programas sociales que ejecuta este Instituto, decidieron tomarse la vía férrea el pasado 1 de febrero y cortar el recorrido que los trenes de Cerrejón realizan a diario entre la mina y Puerto Bolívar”, indica la ejecutiva.
En su protesta, decidieron bloquear todas las vías de acceso al casco urbano de Uribia. “Esta situación plantea un conflicto entre dos principios fundamentales. Por un lado, la obligación del Estado de cumplir sus responsabilidades a través de procesos de contratación pública. Por el otro, el derecho fundamental de las comunidades indígenas a su propia autonomía”, indica Bejarano.
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La presidenta de Cerrejón afirma que no le corresponde a Cerrejón decidir ante esta ponderación de derecho. “Pero tampoco debe sufrir las consecuencias de esta disyuntiva y asumir tanto las pérdidas financieras como el grave daño a la reputación por no poder entregar carbón a los clientes internacionales. Esta situación la vivimos hoy”, dice.
Bejarano prosigue y advierte que “si no hacemos nada, mañana vendrán nuevas protestas con otros protagonistas, pero el medio de presión será el mismo: el bloqueo de la línea férrea de la compañía. Es posible que haya personas que piensen ‘¿y a mi qué? Eso no me afecta‘. Ante eso, les puedo decir que esta inseguridad institucional, que se suma a la jurídica, tiene un impacto directo en la credibilidad del país como un competidor serio en el mercado internacional de cualquier producto y tiene un impacto directo en la capacidad del país para atraer inversión extranjera”.
En la carta resalta otra pregunta: “¿Qué debería pasar?” La ejecutiva hace dos peticiones. Una dirigida a las comunidades que, si quieren la ayuda de Cerrejón, no recurran a las vías de hecho como el bloqueo.
La segunda petición es a las autoridades, para que “ejerzan sus competencias como responsables en la solución de los conflictos. En Cerrejón tenemos la firme disposición de ayudar a las comunidades, pero no podemos seguir siendo el medio que se utiliza para llamar la atención del Gobierno sobre situaciones que nada tienen que ver con la empresa”.
Por último, explicó que si la compañía no opera, todos serán perdedores, comenzando por La Guajira y sus comunidades. “Las vías de hecho, como los bloqueos a la línea férrea, no pueden ser la solución para resolver los conflictos o diferencias, y menos cuando se está perjudicando a una empresa que ha demostrado en todo momento su compromiso para seguir apoyando al departamento. El compromiso para asegurar la sostenibilidad de Cerrejón es de todos”, aseveró.