La refinería Isla en Curazao busca un operador temporal para reemplazar a la estatal PDVSA, que enfrenta una crisis en sus exportaciones.
La venezolana PDVSA tiene pendiente el envío de 22 millones de barriles de crudo y productos refinados a sus clientes internacionales, además enfrenta acciones legales de ConocoPhillips, que intenta cobrarle US$2.000 millones de un arbitraje.
La situación ha empeorado desde mayo, cuando Conoco confiscó temporalmente algunos cargamentos e inventarios de PDVSA. Ante estas acciones, la estatal ha optado por detener los embarques de crudo a Curazao, donde opera la refinería Isla y el terminal de Bullenbay, así como ha interrumpido la mayoría de las exportaciones de combustible desde Curazao a clientes en el Caribe.
En esta situación, refinería Isla está ofreciendo el manejo de la instalación en corto plazo y bajo un nuevo contrato de arrendamiento a largo plazo a partir de enero de 2020.
Según la refinería, se invita a las firmas interesadas en participar en la instalación a mostrar su voluntad de entablar conversaciones enviando una “manifestación formal de interés” para operarla por el resto del período del arrendamiento actual, que expira a fines de 2019, y posiblemente mediante un contrato a largo plazo.
La refinería Isla está operando a su capacidad mínima desde que PDVSA inició una importante labor de mantenimiento en el primer trimestre. La planta reiniciaría en junio, pero no se logró concretar debido a las fallas de crudo venezolano, de acuerdo con los documentos comerciales internos de PDVSA.
La estatal petrolera venezolana exportó a comienzos de junio 765.000 barriles diarios (bpd) de crudo y combustible a sus clientes, un 32% por debajo de los niveles de mayo, según documentos de PDVSA.
Fuente: Reuters