La minera Buenaventura, que explora, extrae y procesa principalmente oro y plata, ha conseguido mantenerse liderando el mercado en Perú a pesar de los múltiples conflictos sociales que han atacado la industria minera desde hace unos años. En 2010, después de años de demoras, la empresa empezó a trabajar en el proyecto La Zanja, durante 2011 inició operaciones en Coimolache, mantiene actualmente 10 minas en el país, una participación minoritaria en Yanacocha y es socia del proyecto Cerro Verde.
La Zanja, proyecto que Buenaventura pudo empezar a desarrollar hace apenas dos años, es una mina de oro y plata a cielo abierto en la que tiene una participación del 53%, siendo dueña del 47% restante la minera americana Newmont Mining. Por su parte, Coimolache, la mina de oro y plata que entró en operación el año pasado, forma parte del proyecto Tantahuatay en el que Buenaventura posee una participación del 40%.
Durante 2012, la minera espera iniciar la explotación en sus minas Mallay y Breapampa, y busca expandir La Zanja y El Brocal, además de construir una planta de sulfato de manganeso en Uchucchacua. Parte de su estrategia consiste en buscar oportunidades de inversión en Chile, México y Colombia, con el fin de diversificar su cartera y distribuir el riesgo.
De acuerdo con Héctor Collantes, analista de minería del Banco de Crédito del Perú, Buenaventura ha logrado evitar las protestas sociales en relación con la contaminación, la escasez de agua, los salarios y los beneficios para los trabajadores gracias a su buena política de exploración, reservas y relación con las comunidades.
MPA
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