El gran reto energético del mundo y de América Latina es suplir la oferta y a la vez reducir el impacto sobre el medio ambiente, algo que a primera vista no es posible.
Por Efrén Rodrigo Herrera
Mientras el mercado mundial de la energía enfrenta el reto de generar un suministro adecuado a bajos costos para el medio ambiente, América Latina también aporta lo suyo en medio de una lucha por acelerar el motor de la inversión en infraestructura -incluyendo la energética- como herramienta para enfrentar la crisis internacional.
“A pesar de la recesión económica no vemos que, desde el punto de vista energético, haya disminución de la demanda. El consumo de energía permanece constante, al tiempo que la oferta no se detiene en medio del avance de grandes proyectos de generación”, aseguró el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Carlos Arturo Flórez Piedrahita.
Recordó que, por lo general, los proyectos energéticos son intensivos en mano de obra, por lo que los países de la región entendieron que una de las estrategias contracícliclas es llevar a feliz término los proyectos. “América Latina y el Caribe hacen grandes esfuerzos en inversión porque esperan que llegará la reactivación de la economía y tienen que estar preparados para atender la demanda”, agregó Flórez.
La participación de Chile es ejemplo en el mantenimiento de planes de expansión energética. “Nuestro país tiene una actividad minera muy dinámica, la que se ha visto impulsada en los últimos años gracias al ciclo de altos precios de minerales como el cobre, y porque, a su vez, debe suplir un déficit energético a través de la construcción mayoritariamente de centrales termoeléctricas e hidroeléctricas”, dijo el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Lorenzo Constans Gorri.
En México la actividad minera se redujo un 2% anual en junio de 2009, con relación a igual mes de 2008 “motivado por la caída en la industria petrolera de 6.8%”, según un informe del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG).
En cuanto a la generación de electricidad y suministro de gas por ductos al consumidor final creció 0.4% en el mes mencionado.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) destaca la importancia de invertir en infraestructura energética que permita “reducir las emisiones de carbono”, pero apunta acerca del bajo perfil que tiene América Latina en la lucha contra las consecuencias negativas del cambio climático derivado del uso de combustibles con altos niveles de emisión.
Según la más reciente edición de las Perspectivas Mundiales de la Energía (World Energy Outlook -WEO 2008-) de la AIE “el sistema mundial de energía está en una encrucijada”. Por una parte, el mundo debe asegurar un suministro confiable y a bajos costos de energía, pero al mismo tiempo debe hacerlo con bajas emisiones de carbono para cuidar el medio ambiente.
Sin embargo, la agencia reconoce que la dependencia del petróleo es un obstáculo para combatir problemas como el efecto invernadero y por eso llama la atención de los gobiernos para que avancen en programas de inversión en energía verde.
De acuerdo con proyecciones de agosto de 2009 del Sistema de Información Económica Energética (SIEE) de la OLADE, América Latina mantiene una oferta de energía superior a los 8.6 millones de Kbep (miles de barriles equivalentes de petróleo) y el 44% corresponde a petróleo. Más de la tercera parte de la oferta energética de la región es exportada (35.6%) y el peso del crudo en esas exportaciones es del 63%. Es decir, que por lo menos dos terceras partes de la oferta energética de América Latina proveniente del petróleo se usa fuera de la región.
A pesar de las cifras, según el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Carlos Arturo Flórez Piedrahita, la región no es una convidada de piedra en la búsqueda de alternativas energéticas limpias. “Países como Brasil y Colombia avanzan en el tema de biocombustibles. No sólo la producción de etanol y biodiésel, sino que el uso de palma africana está dando buenos resultados”.
La brasileña Petrobras parece darle la razón al directivo de OLADE. El Plan Estratégico de Petrobras para el desarrollo de biocombustibles avanza con fortaleza. La primera parte del Plan, que comenzó en 2009 y concluye en 2013, incluye la producción de biocombustibles “de manera segura y rentable, con estructuración de cadenas productivas agrícolas de abastecimiento, con sostenibilidad social y ambiental, en Brasil y en el extranjero”, dice el Plan de Petrobras.
El secretario ejecutivo de la OLADE agregó que en América Latina hay casos interesantes de avances en el tema de energías verdes: Países de Centroamérica estudian opciones de energía verde y ya hay experiencias en el uso de diesel a partir de algas. “Chile prepara un evento multilateral para mostrar los desarrollos de la región en la llamada segunda generación de bioenergía con base en algas”, agregó Flórez.
Tras la eficiencia
La eficiencia forma parte de las tendencias actuales en materia energética en la región “En la medida que crece el PIB crece la demanda de energía, pero lo ideal es que a la par disminuya el consumo energético como mecanismo de contribución al medio ambiente”, aseguró Flórez.
La OLADE calcula que entre 2003 y 2018 se debe alcanzar un ahorro del 5% en el consumo de energéticos. Con un precio promedio del petróleo de US$60 por barril, “las economías serían de US$200.000 millones y el aporte al planeta sería frenar las emisiones en por lo menos 1.200 millones de toneladas de carbono.
Contexto mundial
Cifras de la AIE proyectan que la demanda mundial de energía primaria crece a ritmo de 1.6% anual, tomando como período de la proyección los años 2006 a 2030, tiempo durante el cual la demanda pasará de 11.730 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) a 17.010 millones. En ese escenario, dice la AIE, sólo la demanda de petróleo aumenta a promedios de 1% anual: “de 85 millones de barriles al día en 2007 a 106 millones en 2030”.
El carbón dentro del escenario energético internacional muestra una actividad importante durante el período de 25 años proyectado por la AIE. La demanda mundial de este mineral crecerá al ritmo de 2% anual, en tanto que su participación en la demanda de energía pasará de 26% en 2006 a 29% en 2030, según el WEO. Por lo menos el 85% del incremento del consumo mundial de carbón se debe a la producción de electricidad en China e India.
Pero nada es gratis. Según las previsiones de la AIE, para alcanzar tales incrementos en el escenario energético se requiere una inversión acumulada de más de US$26.000 millones (a precios de 2007). Esa proyección supera en US$4.000 millones las cifras previstas en el análisis de la AIE realizado en 2007. A la producción mundial de electricidad se destinaría el 52% del total invertido en el período proyectado, asegura el WEO.
En cuanto a los países en desarrollo, entre los cuales AIE incluye a la mayoría de América Latina, el organismo investigador proyecta que el consumo de energía crecerá a un ritmo promedio anual del 3% entre 2004 y 2020. MPA