El gobierno chileno presentó un proyecto de reforma tributaria que considera un alza de los impuestos a las grandes mineras de cobre, que contempla una combinación de tasas sobre las ventas y el margen de producción.
En Chile, el mayor productor mundial de cobre, operan gigantes globales como la estatal Codelco, BHP, Glencore, Anglo American, Freeport McMoRan y Antofagasta.
"Lo que estamos proponiendo acá es que para las compañías mineras con producción superior a 50.000 toneladas métricas de cobre fino al año se aplique una combinación de tasas ad valorem y tasas sobre el margen de producción crecientes según el precio del cobre", dijo el ministro de Hacienda, Mario Marcel al presentar el plan.
Para el resto de las compañías mineras se va a mantener el régimen actual, aclaró.
"Esto va a significar un aumento de la recaudación por concepto del royalty, un aumento de la participación del Estado en la renta minera pero buscando mantener que la actividad minera tenga retornos suficientes para alentar la inversión", agregó el ministro.
Según una nota divulgada por Hacienda, el impuesto tendrá dos componentes: uno ad valorem que oscilará entre tasas efectivas de entre 1% y 2% para los productores de entre 50.000 y 200.000 toneladas métricas de cobre fino, y entre 1% y 4% para aquellos con más de 200.000.
Y otro componente con tasas de entre 2% y 32% sobre la rentabilidad, para precios del cobre entre USD 2 y USD 5 la libra. En ambos casos se establecen tasas que consideran el precio del cobre, precisó el comunicado.
El viernes pasado, el precio del cobre en la Bolsa de Metales de Londres bajó a USD 3,6176 la libra, un mínimo de cerca de 18 meses. Mientras que en mayo del año pasado se acercó a los 5 dólares.
El plan modificará un texto sobre royalty que actualmente está en tramitación en el Congreso, duramente criticado por la industria por no considerar el desempeño operativo de cada faena.
El gobierno del presidente progresista Gabriel Boric, que asumió en marzo, se había comprometido a enviar una reforma impositiva dentro del primer semestre para financiar su ambiciosa agenda social.
Con el objetivo de recaudar un 4,1% del PIB en un plazo de cuatro años, en régimen, el proyecto de reforma también incluye la creación de un tributo a la riqueza, cambios en los impuestos a la renta y mecanismos contra la elusión y evasión fiscal.
En cuanto al impuesto a los altos patrimonios, el país sudamericano empezará gravando a 6.300 personas naturales, con domicilio o residencia en Chile, en relación a su riqueza mantenida tanto en Chile como en el extranjero.
Habrá dos tramos para este impuesto, el primero para patrimonios de entre USD 5 millones y USD 15 millones con una tasa marginal de 1% y un segundo tramo que contemplará una tasa de 1,8% sobre la parte del patrimonio que supere los USD 15 millones.
Dentro del patrimonio a declarar se consideran la participación en sociedades, los inmuebles, vehículos, portafolios de inversiones e instrumentos financieros, entre otros.
Fuente: Reuters