Anglo American tiene hasta el 4 de octubre para responder a la serie de observaciones que realizaron distintos órganos del Estado con competencia ambiental sobre la iniciativa Los Bronces Integrado.
El proyecto Los Bronces Integrado implica reemplazar parte del mineral extraído actualmente por otro de mayor contenido de cobre, con el fin de sostener los niveles de producción en el tiempo y mantener la vida útil de la mina hasta el año 2036. De acuerdo con Anglo American, se trata entonces de un proyecto de reemplazo, que utilizará la misma capacidad de plantas y de depósito de relaves que emplea actualmente Los Bronces, sin incorporar más aguas frescas a los procesos.
Anglo American debe responder a las observaciones que generaron serias dudas respecto a la iniciativa valorada en más de USD 3.000 millones.
En un documento emitido en el mes de junio, se recogieron más de 100 anotaciones al proyecto en diversos aspectos, por ejemplo, su eventual afectación de glaciares, lo que fue subrayado por parte del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, que incluso aseguró que “el proyecto en evaluación se relaciona de manera perjudicial con la promoción del uso sustentable y estratégico del agua en la región y con la promoción de un uso responsable y seguro del territorio, en relación con riesgos potenciales por amenazas naturales y antrópicas en la región”.
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Por su parte, desde la Dirección General de Aguas (DGA) discreparon de la metodología utilizada por la empresa para medir un eventual impacto en los glaciares que existen en las zonas adyacentes.
Desde el Gobierno Regional también advirtieron que como resultado de la interacción entre la actividad minera a gran escala, como amenaza potencial sobre la masa glaciar, y la gran cantidad de depósitos de este tipo que existen en la zona cercana a la faena, “el aumento de la vulnerabilidad de los glaciares en el contexto del cambio climático, que se suma a las presiones antropogénicas, configuran un inminente riesgo de seguridad hídrica para la región”.
En esta línea, el documento del Gore Metropolitano indica que “el sector de localización del proyecto minero pone en riesgo las posibilidades de adaptación y resiliencia de la capital nacional frente al cambio climático (…) agrega presión a la cuenca, aumenta los niveles de vulnerabilidad de la misma y por lo tanto, a la prestación de los servicios ecológicos”. Junto con esto, desde la autoridad regional destacaron que el titular “no descarta la afectación negativa con potenciales daños graves o irreversibles sobre los sistemas glaciares y peri glaciares situados en el entorno del proyecto”, los que son esenciales para la provisión de agua para el desarrollo de las actividades en la Región Metropolitana.
Desde el SEA recordaron que el proyecto aún no ha sido calificado ambientalmente, y se encuentra a la espera del ingreso de su última Adenda, en la que deberá dar respuesta a las preguntas formuladas por los servicios.
La minera aseguró que la iniciativa no tendrá efectos en la cantidad, ni en la calidad de ningún cauce, y explicó que más del 90% del agua de Santiago proviene del río Maipo, mientras que el Mapocho, cuenca donde se ubicaría el proyecto, aporta el 8.8% en años muy húmedos y solo el 3.9% en años de sequía.
Respecto a eventuales afectaciones a glaciares, expresaron que la iniciativa en evaluación “no contempla obras ni actividades próximas a glaciares, y en su diseño nos hemos asegurado, con soporte científico de primer nivel, de que no haya efectos por depositación de material particulado sedimentable ni por ruido ni vibraciones”. Con todo, puntualizaron que se encuentran trabajando en responder todas las inquietudes que puedan surgir desde los servicios públicos.
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Fuente: El Mercurio