De acuerdo con cifras de la Sunat, en el periodo enero-julio de 2022, las exportaciones mineras en Perú alcanzaron un valor de USD 20 995 millones, lo que representa un crecimiento del 2.5% con respecto al mismo periodo de 2021, y es un 73.9% mayor al registrado en 2020. Sin embargo, los envíos de cobre apenas crecieron un 0.14%, mientras que las ventas de oro retrocedieron un 0.9%.
En lo que respecta al mes de julio, las exportaciones mineras retrocedieron un 12%, con respecto a julio de 2021. Asimismo, los envíos de nuestros principales productos exportados del sector, cobre y oro, cayeron un 11.3% y un 18.7%, respectivamente.
En julio de 2022, según el último Reporte de Producción Nacional del INEI, la producción minera metálica cayó un 6.16%, con respecto al mismo periodo de 2021. La caída de esta actividad durante ese mes se debió a los menores niveles de producción del cobre (-5.78%), oro (-2.76%), zinc (-2.89%), plata (-15.37%), molibdeno (-15.52%) y hierro (-2.47%), así como al menor tonelaje procesado en las plantas concentradoras, aunado a la baja ley en los minerales tratados.
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La minería es un sector importante para impulsar el desarrollo y crecimiento del Perú. En 2021, las exportaciones mineras representaron el 61.9% del valor total de envíos al exterior. Sin embargo, se contrajo un 5.5% en comparación con 2019, debido a que la producción de algunas minas se mantuvo restringida por los protocolos de bioseguridad que estableció el Gobierno para evitar la propagación de la COVID-19; pero también por conflictos sociales que obstaculizaron sus operaciones.
Según el último Reporte de Conflictos Sociales, elaborado por la Defensoría del Pueblo, hasta agosto de 2022, se registraron 209 conflictos sociales en el país. De estos, el 63.6% corresponden al tipo socioambiental (133 casos), de los cuales el 66.9% corresponde están relacionados con la actividad minera (89 casos).
Los conflictos mineros prevalecen como uno de los principales problemas que aquejan al sector en nuestro país. Su persistencia genera grandes perjuicios a la economía peruana; por ejemplo, la paralización de las operaciones de Las Bambas entre el 20 de abril y 15 de junio de este año, generó una pérdida en el valor de las exportaciones por USD 511 millones; mientras que, en la mina de Cuajone, la paralización ocasionó una pérdida de USD 253 millones en el valor exportado (Semanario 1131).
Por otro lado, la minería no solo incrementa el nivel de divisas en el país, sino que genera empleo. De acuerdo con cifras del último boletín minero del Ministerio de Energía y Minas (Minem), en julio de 2022, el empleo del sector minero sumó un total de 246 895 trabajadores, lo que significó un crecimiento del 7.7% con respecto al mismo mes del año previo (229 310 trabajadores). Un 12.9% del empleo generado por la minería le corresponde a Áncash (31 831 trabajadores), y le siguen Arequipa, con un 12.2% (30,098 trabajadores), y Moquegua, con un 11% (27,085 trabajadores).
En ese sentido, para continuar generando empleos formales, se requiere impulsar la inversión privada. De acuerdo con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2023-2026, se estima que la inversión minera caería un 2.1% en 2022 y un 2.4% para el siguiente año. No obstante, Scotiabank tiene una proyección más pesimista, ya que proyecta un retroceso del 4.2% para 2022 y del 11.3% en 2023. Esto evidencia el deterioro de la imagen del Perú como destino para la inversión minera.
Tras la autorización para el funcionamiento de Quellaveco, se requieren nuevos proyectos de inversión. Para 2023, se espera el inicio del proyecto Optimización Inmaculada de Minera Ares (USD 136 millones), Yanacocha Sulfuros (USD 5 500 millones) y la conclusión de la Fase II de la Ampliación Toromocho, Santa María y Shouxin.
Fuente: ComexPeru