En un nuevo informe, los analistas de Global Research de Bank of America (BofA) dicen que esperan que el mercado del cobre vuelva a tener un déficit a partir de 2025 tras la finalización de la ola actual de construcción de proyectos.
Si bien se prevé que la producción mundial de cobre crezca un 7,7% en 2023, luego de un déficit esperado en 2022, los riesgos están sesgados a la baja, dice el banco, dado el bajo rendimiento de las nuevas construcciones de minas de cobre en los últimos años.
“Si bien la visibilidad sobre la cartera de proyectos a corto plazo es buena, los aumentos de actividad vienen con una arruga”, dicen los analistas del banco. “De hecho, muchos de los proyectos desarrollados actualmente se han estado gestando durante casi tres décadas, y con la actividad de exploración relativamente limitada en los últimos años, los aumentos de la oferta pueden desvanecerse a partir de 2025”.
BofA ve una variedad de problemas que limitan el crecimiento de la producción. Estos fueron reflejados por una presentación de Edgar Blanco Rand, viceministro de minería en el gobierno anterior de Chile, durante la reciente LME Week.
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El funcionario mostró una cartera de proyectos con sede en Chile que se realizarán para 2029 a un costo de $ 74 mil millones para lograr una producción total de 7 millones de toneladas. Centrándose en el cobre, Edgar Blanco destacó que la producción se ha estancado desde el año 2000 en alrededor de 5,7 millones de toneladas, después de una década de rápido crecimiento, a partir de 1990.
“Esto implica una intensidad de gasto de capital de alrededor de $ 50,000 por tonelada, muy por encima del rango de $ 10,000 a 20,000 por tonelada observado en los últimos años. Como factor agravante, la inversión deberá ser lo suficientemente grande como para compensar alrededor de 1,5 millones de toneladas de pérdidas de producción”, dice el banco.
Según BofA, los 10 aumentos de suministro más significativos representarán el 58% de las adiciones de producción total en 2022.
Esto respalda la opinión de BofA de que las expansiones están muy concentradas, con dos implicaciones. En primer lugar, los problemas operativos en solo uno o dos sitios podrían afectar profundamente los equilibrios del mercado, lo que significa que la trayectoria de esas 10 minas es crítica. En segundo lugar, según BofA, casi todas las adiciones son impulsadas por operadores con un excelente historial operativo, lo que reduce el riesgo de interrupciones y entregas insuficientes.
Fuente: Mining Weekly