La minera chilena Antofagasta informó que su producción de cobre cayó en el primer trimestre de 2023 con respecto a los tres meses anteriores debido a la escasez de agua en en el país, que se ha visto afectado por una sequía de una década exacerbada por el cambio climático.
La compañía, que tiene cuatro minas de cobre en Chile, dijo que las leyes reducidas del mineral también afectaron los resultados de producción.
Antofagasta produjo 145 900 toneladas de cobre en los tres meses hasta el 31 de marzo, un 25.4% menos que el cuarto trimestre del año pasado debido a una menor disponibilidad de agua en su mina insignia Los Pelambres y menores leyes en Centinela.
Sin embargo, la producción general aumentó un 5.1 % desde el primer trimestre de 2022 y el presidente ejecutivo, Iván Arriagada, espera que la producción siga expandiéndose este año para cumplir con la guía de producción y costos en efectivo de 670-710 000 toneladas de cobre a USD 1.65 la libra.
Arriagada señaló que la finalización de una planta desalinizadora y la expansión de una planta concentradora en Los Pelambres a fines del año pasado ayudarán a la empresa a lograr sus objetivos.
También se mostró optimista sobre los fundamentos de los mercados, y señaló que el mercado del cobre había sido sólido durante el trimestre y que la compañía esperaba que esto continuara "ya que la dinámica estructural de la oferta y la demanda respalda un mercado físico ajustado".
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Se necesitan USD 105 000 millones
Simon Morris, jefe de metales básicos de CRU, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que el cobre seguirá siendo claramente uno de los elementos fundamentales que permitirán la transición energética, ya que desempeña un papel clave en la generación de energía eólica y solar, los vehículos eléctricos y las redes eléctricas.
Manifestó que el pronóstico actualizado del mercado del cobre del grupo indica que los productores de cobre necesitarán poner en marcha 6.5 millones de toneladas en proyectos aún no comprometidos de aquí a 2032.
“Esto requerirá que se comprometan al menos USD 105 000 millones de inversión para 2029, a menos que veamos un crecimiento significativo de la oferta de metal secundario”, dijo Morris. Tal inversión a gran escala, señaló, presenta a la industria del cobre un momento genuinamente único en la historia para transformarse.
“La ejecución de los próximos proyectos debe hacerse con un enfoque en la descarbonización de todos los componentes de la cadena de valor; crear consenso político, social e industrial sobre el marco regulatorio para el crecimiento; al tiempo que fomenta una mayor colaboración entre la empresa pública y privada”, señaló el experto de CRU.
Sus comentarios se producen cuando la ministra de Minería de Chile, Marcela Hernando, dijo esta semana en una conferencia sobre el cobre en la capital, Santiago, que cuando se trata de inversiones mineras en el país, la sostenibilidad "no es una opción, sino una condición".
Las minas Centinela y Zaldivar de Antofagasta, la operación emblemática de la estatal chilena Codelco El Teniente, así como las minas Escondida y Spence de BHP, ya obtuvieron la certificación de sostenibilidad Copper Mark.
La credencial ambiental es un programa global voluntario creado en 2019 en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y cada faena debe cumplir con 32 criterios de sostenibilidad para lograr el sello internacional.
Antofagasta también dijo que había destinado USD 1200 millones en gastos de capital para el año. Dijo que las inversiones se destinarán principalmente al desarrollo del proyecto Twin Metals en Minnesota y otras empresas conjuntas de exploración en todo el mundo.
Fuente: Mining.com